CASTELLANA

Este es el gallo castellano 








Posiblemente la Castellana Negra, fuera traída a España por los árabes, pudiéndose creer esto porque se da el caso que en tierras del Norte peninsular, donde menos duró la dominación musulmana, no fue conocida hasta finales del siglo XIX, en tanto que este animal predominaba en aquellas regiones con mayor tiempo sometidas al dominio árabe y donde mas tardó en llegar la reconquista. En América fueron introducidas desde España, y existen citas referentes a que la gallina llevada por Colón en el Descubrimiento de América, podría ser esta Castellana Negra, pues parece que abundaban por aquellas tierras en los distintos informes que llegaban hasta los Reyes Católicos,
En la línea de referencias sobre hechos muy antiguos, que no pueden hoy comprobarse, cabe la suposición de que fue esta gallina negra española la que se llevó también a Flandes, especialmente en tiempos de Felipe II.
A finales del siglo XIX se puede establecer que se inicia una preocupación por grupos de animales con similares características morfológicas y se lleva a cabo la creación de razas domésticas. Son muchas las regiones de aquella España en las que se nombra a estas gallinas negras con denominaciones propias y concretas, aprovechando gentilicios, y denominaciones geográficas de las extensiones de tierras en las que predominaban estos animales. En este momento no tienen todavía uniformado el tipo ni el color, aunque ya existía una persistencia e interés por ellas.
Desgraciadamente, no hay datos históricos de cómo se seleccionó y uniformizó la definitiva raza Castellana Negra, partiendo de la gallina negra de Castilla y León. En aquellos momentos del nacimiento de nuestra avicultura, finales del siglo XIX, no
había casi nadie que se interesara por las razas como lo hizo el Profesor Castelló. Por lo que nos refiere dicho profesor, entre 1890 y 1895 tenían ya gallinas Castellana Negra, avicultores en Málaga, en Jerez de la Frontera, Sevilla, varias ganaderías de Ciudad Real, Algete en Madrid; Baleares, y el mismo Castelló en su granja de Cataluña.
La Castellana Negra, criada siempre como ave productiva, es quizás la gallina que mayor cantidad de datos históricos y científicos acumula en nuestro país.
Es en 1921 cuando la Exposición Mundial de La Haya, coincidiendo con el 1er Congreso Mundial de Avicultura, España presenta en su pabellón 10 grupos de tres ejemplares de gallina Castellana Negra.
En 1926 el secretario de la dicha sección, Pérez de
Villaamil, propone dicho patrón. En 1926 – 27 figuran
Castellanas Negras, en el Concurso Nacional dePonedoras. En 1928 Villamil presenta la CastellanaNegra, como raza bien definida, en la AsambleaNacional de Avicultura, celebrada en la Casa deCampo de Madrid. Por fin en la Asamblea de 1930 seaprueba aquel patrón propuesto anteriormente por él.
Toda la información hasta aquí incorporada seencuentra en el libro “Razas de gallinas españolas”publicado en 1989 por Fernando Orozco y publicadopor el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación,Servicio de Extensión Agraria, en sus Ediciones conMundi Prensa. Desde aquí recomendamosencarecidamente la lectura para todos aquellos quequieran saber del origen y avatares de las razasespañolas de gallinas.
En 1922, la Asociación de Ganaderos comenzó a construir gallineros de puesta, donde realizar los concursos de ponedoras, en las instalaciones de Madrid ubicadas en la Casa de Campo. El organizador de los famosos concursos de ganados en aquel año, Pérez de Villamil, era a su vez secretario de la Sección de Avicultura en la Asociación Nacional de Ganaderos. El gallinero de producción de aquellas instalaciones se pobló de Castellana Negra. Estos acontecimientos se repitieron en 1926 y 1930. En las construcciones de la Casa de Campo, Pérez de Villamil continuó desarrollando su labor de selección con gallinas Castellanas Negras. Primero consiguiendo aves lo mas ajustadas posible a lo que pretendía; comprando animales en diversos cortijos y a los pequeños avicultores de Castilla la Nueva; luego seleccionando por puestas, los lotes de animales. Algunas de las aves incorporadas, procedentes del campo, eran defectuosas en color y morfología, pero poco a poco se constituye una morfología uniforme y se eleva a la categoría de “patrón de la raza”. En su intento de mejorar la producción de sus aves, consigue el mejor lote de todos aquellos animales y que podría considerarse como el tronco básico de la gallina española negra seleccionada y definida posteriormente como Castellana Negra.


En 1923, 1924, comienza un tipo de selección, con 16 lotes de un gallo y cuatro o cinco gallinas; llegando a contar para su selección con seis gallineros de 100 aves. Pérez de Villamil desarrolló un método meticuloso, estricto y tenaz de valoración de puesta de las gallinas. Principalmente en función del número de huevos puestos, pero teniendo en cuenta asimismo su peso La Asociación General de Ganaderos del Reino encomendó a su Sección de Avicultura que estudiara y redactara el Patrón Oficial de la Raza Castellana Negra.
La Federación Europea de la WPSA (Organización Mundial de Avicultura Científica), dedicó una sección de la II Conferencia Europea de Avicultura, celebrado en 1964, al estudio de las razas de gallinas.
Aunque su distribución territorial inicial abarcaba una gran parte de España: Madrid, Castilla León, Castilla la Mancha, Extremadura y Andalucía, la Castellana Negra, sufrió una fuerte regresión, como el resto de las razas locales españolas, con la introducción de los híbridos comerciales de puesta de huevo blanco basados en estirpes de la raza Leghorn. Esta regresión condujo, prácticamente a su desaparición, manteniéndose como núcleos locales muy reducidos y casi siempre mezclados con otras razas, de manera que cuando en el año 1975, el INIA, inició su programa de localización y conservación de esta raza Castellana Negra, entre otras, no existían prácticamente poblaciones en pureza. Después de haber sido una raza de gran productividad, sin duda la mejor de las españolas, llegó casi a su desaparición, al producirse el conocido cambio de orientación en las granjas avícolas, basado en la explotación de híbridos y cruces comerciales extranjeros. Cuando el INIA financió las primeras actividades para la localización de núcleos en pureza (proyecto 3265: Localización, conservación y estudio de razas españolas de gallinas), se pudo comprobar la dificultad de esta tarea, puesto que los principales centros reconocidos habían tomado la decisión de cerrar los gallineros y eliminar las gallinas. Los primeros efectivos procedían de granjas de Badajoz, Salamanca, Granada, Jaén, Segovia y de algunos avicultores de las provincias de Cádiz y Córdoba. La información más útil fue la proporcionada por la Facultad de Veterinaria de Córdoba, cuyo personal docente colaboró para que los contactos con la Cooperativa Avícola Cordobesa, concluyeran en la consecución de 100 pollitos que formaron el núcleo fundacional de este lote de recuperación de la raza.
El segundo congreso mundial de genética aplicada a la producción ganadera, celebrado en Madrid en octubre de 1982, en su libro de resúmenes, publicó el trabajo presentado por Campo y Orozco, sobre la “Conservación y estudio genético de razas españolas de gallinas”, en el que se indicaban los resultados que el Departamento de Genética Animal del INIA (MAPA), había obtenido, desde el inició en 1975, de un programa de localización, conservación y estudio genético, sobre razas de gallinas españolas, con los tres objetivos perseguidos, así como del estado actual en el que se encontraban. La Castellana Negra, en dicha publicación, se incluye en el grupo de Razas Productivas, grupo de razas utilizadas tradicionalmente en España antes de la introducción de los híbridos extranjeros.
En 1989 Orozco, publica el libro “Razas de Gallinas Españolas”, publicación patrocinada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, ministerio en el que estaba incorporado el INIA, por aquellos años, siendo este trabajo la referencia imprescindible para cualquier estudio sobre las gallinas de nuestro país. En su capítulo IV, refleja los apuntes históricos de la Raza Castellana Negra, como raza productiva y ponedora de huevo blanco.
En junio de 1990, durante la celebración de la VIII Conferencia Europea de Avicultura, celebrada en Barcelona, en el apartado de Memorias de Genética, se exponen a la comunidad científica internacional los resultados de Campo y Ruano, del Departamento de Producción Animal del INIA, referentes a la calidad de huevo en poblaciones autóctonas de gallinas; realizándose estudios genéticos, básicamente de tipo cualitativo en relación con los genes determinantes del color del plumaje en el pollito recién nacido o en el adulto. En este trabajo se resumen las características de calidad del huevo de la Castellana Negra y de otras razas española, publicando la novedad de haberse iniciado un programa de obtención de cruces autosexables, tanto de huevo marrón, como de huevo blanco.
También en 1990, se remiten al Banco de Datos de Recursos Genéticos animales de la FAO, la lista de “descriptores” de las razas de gallinas españolas. Esta información se remite desde el INIA, Departamento de Genética Animal, a través de los formularios preparados por la Organización Mundial de las Naciones Unidas y son preparados por Campo con los datos obtenidos en la finca experimental de El Encín, en Madrid. Este trabajo bajo la forma de presentación científica se remite a la 3ª Conferencia Global sobre Conservación de Animales Domésticos. De nuevo el equipo de Genética del INIA, Campo; Ruano y Álvarez, presentan las listas de descriptores para nueve razas españolas de gallinas, elaboradas de acuerdo con las recomendaciones FAO/UNEP (1986). En aquellos años la situación de riesgo para esta raza no era preocupante . Los trabajos fueron realizados en la Estación Experimental de El Encín (Madrid), bajo la supervisión de personal investigador, y los animales de la experiencia se encontraban bajo condiciones de apareamiento natural, incubación artificial de huevos, alimentación “ad libitum” con piensos compuestos, en jaulas con cama y luz artificial de 14:10 horas de duración. Vacunaciones acordes con la normativa de aquel momento.
Con el mismo criterio ya se habían enviado en el año 1978 los datos de Orozco, del INIA y de Royo, de la Finca Marimón en Caldas de Montbui, en Barcelona, al Registro Internacional de Poblaciones Avícolas, coordinado por el Dr. Somes, de la Universidad de Conneticut, referentes a 12 razas de gallinas españolas entre las que se incluyen los datos de la Castellana Negra
En 1990, el Consejo de la FAO sugiere la preparación de un programa de gran alcance para la ordenación sostenible de los recursos zoogenéticos a escala mundial. Una reunión de expertos, celebrada en 1992, y sesiones posteriores de los órganos rectores de la FAO dieron el impulso para iniciar en 1993 la elaboración de la Estrategia Mundial para la Ordenación de los Recursos Genéticos de Animales de Granja.
El estudio en detalle se completa para la Castellana Negra, cuando en 1995, y desde el Área de Genética Animal del INIA, una vez más Campo y Ruano, publican en el 6º Congreso Europeo sobre la calidad del huevo y sus productos, los resultados que


afectan al grado de porosidad de la cáscara de huevo procedente de varias estirpes españolas de ponedoras. Esta porosidad, evaluada como la pérdida de peso del huevo a los 19 días de la puesta, se estudia en seis razas españolas, entre las que se incluyen los resultados procedentes de la Castellana Negra, que sitúan los valores de pérdida para estas aves en 7 gramos aproximadamente. La porosidad de la cáscara y la incubabilidad tenían una correlación negativa, alta y significativa. La correlación entre porosidad y gravedad específica era intermedia, negativa y significativa. No se encontró correlación significativa entre porosidad y color de la cáscara.
Una de las mas citadas publicaciones de esta raza Castellana Negra, es la presentada en el año 1995 por Campo y Ruano, Departamento de Genética del INIA, en el Simposium Internacional de Germoplasma Animal, celebrado en Italia y organizado por EAAP, FAO y CIHEAM. En este foro, se manifiesta por primera vez, la necesidad de la conservación de los recursos genéticos de razas de gallinas como mucho mas importante que en otras especies de animales domésticos, ya que en el caso de las gallinas, la selección y la reproducción se monopoliza por compañías internacionales que producen la pérdida de la biodiversidad, al sustituir animales autóctonos, por otras líneas híbridas, mucho más productivas. Como decíamos, se presentan los resultados obtenidos en veinte años, de un programa de conservación de razas españolas de gallinas, entre los años 1975 a 1995. La Castellana Negra, aumenta su producción como gallina ponedora de huevo blanco
En España en los años 1999-2000 se despierta el interés por esta especie animal y se contempla, desde ese momento la incorporación de estos animales al Catálogo Oficial de Razas de Ganado de España.
Estos trabajos se continúan con la publicación, un año después, esta vez solamente firmados por Campo, por jubilación de Ruano, de una serie de resultados sobre la producción de huevos de calidad de razas españolas de gallinas. La Castellana Negra, demostró tener en este estudio un mayor nivel de calidad en su producción, reuniendo las características para ser objeto de una explotación alternativa para el suministro de productos con marchamo de calidad. Únicamente tomando los datos de este estudio de la gallina Castellana Negra comparados con la Leghorn Blanca, hay que indicar que la gallina castellana tenía mayor gravedad específica del huevo y menor porosidad que la clásica gallina blanca de producciones intensivas. De especial importancia en este trabajo queremos resaltar que por primera vez se publica la característica de esta raza (junto con las de otras también españolas), de poseer una concentración significativamente inferior que la Leghorn, de colesterol en la yema, sin que en esta característica pudiera influir el peso de la yema o la relación yema/albumen del huevo de la Castellana Negra


Un paso más adelante sobre el conocimiento de la capacidad genética y calidad productiva de la Castellana Negra, se realiza con la publicación de Campo en 1998, en otra reunión internacional celebrada en Australia y patrocinada por la FAO, de un artículo en el que se describe una característica más del estudio genético de este grupo de animales que deseamos se reconozca como raza autóctona de España, ya que aparte de las características generales de color del plumón del pollito, buscando el sexaje genético alternativo al japonés, y del plumaje adulto; la calidad interna y externa del huevo, se describe como indicamos la característica de bienestar animal. La raza Castellana Negra ha sido objeto de numerosos estudios del INIA, introduciendo los indicadores relacionados con el bienestar avícola y la resistencia al estrés. En este último aspecto la raza Castellana Negra tiene valores de inmovilidad muscular, cociente de leucocitos, y asimetría fluctuante (los tres indicadores no
invasivos más utilizados) que la hacen muy interesante para su utilización comercial en sistemas no industriales de producción.
Igualmente en el año 2000, Campo y García Gil, comunican en el congreso de Nepal, durante las reuniones de la 4ª Conferencia Global para la conservación de los recursos genéticos animales, la capacidad de producción alternativa de la Castellana Negra, como productora de alimentos naturales, con especial referencia a la calidad de su producción de huevos. También en el año 2000, durante la celebración en Canadá del XXI Congreso Mundial de Avicultura, se exponen los resultados del programa de conservación de la finca experimental del INIA, con los avances encontrados y como posibilidad de utilizar las razas del ayer, en una producción alternativa del futuro. Los cambios en la política agraria comunitaria, se orientan hacia una producción animal en la que se valore el bienestar de los animales. En 2001, se celebra en Suiza el 6º Simposio Europeo sobre bienestar en Gallinas, Campo presenta los resultados de un estudio de comparación, realizado sobre cinco razas españolas de gallinas, evidentemente incluyendo a la Castellana Negra, y con la población de Leghorn Blanca. Por primera vez se realiza un estudio valorando diferencias genéticas entre distintas razas. De este trabajo se han aportado resultados objetivos para la elaboración de buenas prácticas en el manejo de estos animales.
Las reuniones anuales de la Federación Europea de Zootecnia (EAAP con siglas inglesas), abre el abanico de especies animales tradicionales, y en 2002, en su congreso en Egipto, Campo, Gil y Dávila, presentan un trabajo sobre la caracterización y utilización de razas de gallinas españolas, marcando una serie de medidas para gestión y aptitudes, entre otras, de la Castellana Negra; informando que ha sido incluida en un proyecto europeo (AVIANDIV), para formar parte de un estudio que agrupa en total alrededor de 45 razas de gallinas reconocidas en Europa. Los mismos autores, en el congreso que la Sociedad Española para los Recursos Genéticos Animales (SERGA), celebra ese mismo año en Madrid, se presenta en sesión especial el programa de conservación de las razas españolas de gallinas, iniciado por el INIA en 1975, así como la producción de huevos de calidad de estas razas, incluida la Castellana Negra, consideradas como razas del pasado y ofreciendo el resumen para una alternativa a la producción industrial, unida a los estudios de bienestar animal realizados con ellas. En ese momento se mantienen con los fondos de INIA (Ministerio de Ciencia y Tecnología en aquel año) 18 variedades distintas, de las que 11 están solo en peligro potencial y dos en peligro mínimo; concluyendo que las características de calidad externa e interna del huevo y los parámetros indicadores del bienestar son favorables en muchas de estas variedades, pero sobre todo en la Castellana Negra. Como consecuencia de estas publicaciones son invitados a trabajar en una red sobre bienestar en lotes de ponedoras y a transmitir los estudios realizados por este equipo sobre las consecuencias fisiológicas valorables de estrés y miedo en razas avícolas.

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